Todos hemos tenido esa sensación, de sentirnos mayores, con mayor poderío, pero solo eso, la sensación y simplemente porque un papel pone que a los 15 entras en la edad de la “adolescencia”, seguramente no sabemos ni lo que significa y solo lo sientes tú porque te parece que estando en esa etapa eres libre en el mundo.
Pero sigues siendo un niño o niña, con mas o menos madurez, conciencia, al mirar en tu interior veras que sigues siendo el mismo, con ganas de jugar, con esa necesidad de que tu familia, tus padres están siempre a tu lado para arroparte en los momentos en los que el frió se apodera de ti.
He ahí el gran problema, muchos no miramos en nuestro interior, solo a nuestro alrededor, nos dejamos guiar, por algo que creemos que esta bien, cometemos errores que para nosotros es un orgullo haberlo hecho, y para las personas que nos quieren y que se desviven por nosotros ese pequeño error que ni siquiera vemos para ellos es una tristeza pequeña pero desgarradora. Pero un error siempre tiene perdón y segundas oportunidades aunque para unos padres las oportunidades hacia sus hijos nunca se acaban, pero la debilidad y la esperanza se acaban desvaneciendo.
Unos padres siempre dan lo mejor para sus hijos y no para que salgan mejor que nadie, o para salir destacando entre los demás, sino para que crezcan como persona y que puedan llegar a tener un futuro y tenerlo feliz.
Pero no siempre funciona, a veces las cosas se tuercen y no salen como nuestros padres quieren… todo por nuestra falta de madurez e inconciencia de ver las cosas y que nuestro padres solo están hay para ayudarnos.
Creemos que podemos estar por encima de ellos cuando que sin ellos no somos nada tengamos 15, 20 o 30…Todo tiene su momento y nosotros queremos vivirlo todo ya, pasar experiencias ya…Dejemos que el tiempo nos indique los que tenemos que hacer, en el momento que tiene que ser, no vivamos el futuro ahora porque nos quedamos sin él.